Blogia
VICENTE DE LERINS

LA FURGONETA, por Vicente de Lerins

LA FURGONETA, por Vicente de Lerins

«Sinforiano Morán llevaba conduciendo el vehículo de su propiedad al menos durante más de veinte años. Lo compró cuando era todavía joven, emprendedor y soltero, con la blanca en la mano, sin haber pasado aún ninguna revista en Gobierno, justo al licenciarse de aquella mili de hambre, de vaqueros arrugados y petate permanente a cuestas, aburrido como estaba al no haber conseguido un puesto de trabajo estable de funcionario en aquel Madrid cosmopolita –lugar donde “sirvió al Rey”–, que por aquellos años había perdido el remoquete de “pueblón manchego” impuesto por el universal Cela, para pasar al agitado de “movida”. Lo compró para no perder el tiempo, como una inversión, esperando traspasarlo cuando le saliera algún negocio más rentable en el futuro. Pero empezó a tomarle cariño al coche poco a poco, y no como a una joven ardiente, sino más bien como a una vieja prostituta, reconocida y admirada, con una mezcla de compasión y antojo disimulado. Se casó, llegaron las letras apremiantes y el negocio de la furgoneta quedó consolidado en la familia. Conocía a Lulubel –así bautizó cariñosamente a la furgoneta– mejor que a su propia esposa. A la mañana cuando lo arrancaba, y según el carraspeo con que le respondía, sabía al punto el estado de las bujías de caldeo, del motor de arranque, si picaba biela o no... y cuando se colocaba en la parte trasera del vehículo para olisquear los vapores que salían del tubo de escape, movía ligeramente la cabeza, y seguro susurraba para sí: “Hoy quemas más aceite, jodio, parece que vas flojo de estárter” si el humo tomaba un cierto color azulenco. O le asestaba un “me vas arruinar, cabroncete, como entres en bancada”, si defecaba pequeños restos de carbonilla por el mismo tracto................ ( descargalo completo en http://es.geocities.com/vicente_de_lerins/ )

0 comentarios