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VICENTE DE LERINS

LA FINCA, por Vicente de Lerins

LA FINCA, por Vicente de Lerins La culpa la tuvo aquella maldita finca. ¡En buena hora! Un sitio de nostalgia que pertenecía al pasado, a una adolescencia indómita y desbordada, un lugar siniestro que siempre, de forma cíclica, aparecía en mi vida contaminándome como una enfermedad recidiva, contagiosa e incurable, y que me venía a poseer como por ensalmo, anulándome, alienándome al llenar mis seseras de pringosas ovas de verdín de las fuentes de la infancia y que ahora volvía a aparecer de nuevo en este otoño seco y triste de Castilla, el más seco en 150 años. El predio conflictivo lo habia adquirido mi padre antes de que yo naciera, y sólo por ello, por el simple hecho de no haber nacido y por tanto no coincidir en las coordenadas espacio-temporales del siglo, no me pertenecía. Como no me pertenecía ningún dolor de cabeza derivado de ella.

–¡Qué ingenuidad!

Pero el destino quiso que de nuevo esa propiedad, que siempre paso de refilón, deslizándose de puntillas frente a mi vida, inadvertida y envuelta en tinieblas permanentes que nunca entró en mis cálculos y anhelos, fuera el motivo de mis presentes angustias y tormentos, quebrantos que me traían perturbado el cuerpo y partido el alma. Y así comenzó todo un buen día de septiembre del veranillo de San Miguel, cuando el sol apura sus últimos rayos estivales, calurosos aún pero ya inofensivos, apagados, casi mortecinos, y los melones...este sol que almibara los membrillos y los melones de la tarde en las fincas...Siempre estaban los jodidos predios en mi mente. Lo habían estado en la niñez y lo estaban ahora repetidos. El recuerdo fugaz de las discusiones por las lindes, los términos, esos hitos de piedra hincados como menhires que dividían y otorgaban cada zona del terreno; y yo sin comprender, sin haber asimilado todavía que la tierra no admite particiones ficticias, apaños y convenciones de los hombres. De hombres dispuestos a matar o morir, en calidad de víctimas o verdugos, mártires o reos por unos escasos metros ...PUEDES DESCARGARLO EN http://es.geocities.com/vicente_de_lerins/

1 comentario

Miguel Hernanz -

Sin duda muy recomendable este relato, compañero De Lerins, en estos tiempos en que lo onírico tiende a perderse y confundirse en lo vulgar. Y es que leyendo \"La Finca\" uno vuelve a creer en que sigue siendo posible que los más viejos y simples anhelos del hombre, a veces ocultos, casi siempre reprimidos, pero siempre presentes mientras existamos, sean fuente de inspiración artística y trasfondo de una historia bien contada y mejor escrita. Si es que el arte sigue siendo la exaltación, para bien o para mal, del alma humana, usted, caballero De Lerins, es un artista.